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  • Foto del escritorD. Arias

Muerte y resurrección

Actualizado: 3 abr

(Tomado del Cuaderno de ejercicios)


Vuelvo una y otra vez a este cuaderno que llamo “de ejercicios” por el placer de leerlo y de escribirlo. Me encuentro de nuevo con ese viejo amigo que de manera incondicional deja imprimir mi huella en su piel rayada. Allí puedo escribir esas líneas de más que quizá ningún escritor se animaría a publicar. Este cuaderno es un viejo amigo que de vez en cuando me da sorpresas […]. Un pensamiento viene a mi mente. Les voy a contar algo…


Soy un hombre común y corriente que solo escribe para entretenerse. No asisto a ninguna iglesia ni estoy adscrito a ninguna religión. Hace mucho que no discuto de la existencia de Dios con nadie (yo, por mi parte, no la afirmo ni la niego). Hace tiempo decidí olvidarme del problema y dedicarme a vivir. Y aunque la vida me ha llevado más o menos por donde he querido, he tenido que pagar un precio por ello. Todos llevamos, al fin y al cabo, no la vida que queremos, sino la vida que podemos. Yo no sé si reírme o compadecerme de quienes se creen los dueños absolutos de su destino. ¡Ellos no saben lo que ocultan los dioses!


[...]


La enfermedad es una experiencia terrible y devastadora que te aplaca y te pone mal. Qué terrible melancolía produce saber que en unas horas va a ocultarse el sol. Pero qué alegría produce saber que mañana saldrá de nuevo este sol que todavía no se ha ocultado. Creo que moriré en un mes de septiembre (no sé por qué) y en un día como hoy. Lo siento, lo presiento. Lo escribo en un día del mes de septiembre. Antes he muerto en septiembre. Pero también he renacido. Morí en septiembre y renací en octubre. No profanaron mi tumba (como lo hicieron con la de Jesús) porque no tenía tumba. Pero hubo muerte y resurrección, y semana de pasión, pero sin pasión. Pensé en cavar mi propia tumba, pero no fue necesario porque la tumba habitaba ya dentro de mí. Un día la saqué, la puse a un lado y seguí viviendo (la necesitaré más adelante). Lo cierto es que, tal como lo veo hoy, la Resurrección de Jesús me parece una historia que se inventaron para explicar, o quizá para ocultar, lo que, imagino, debió ser una profanación de tumba.

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